Teoría del color de Isaac Newton
Considerada como parte del cerebro, la retina está cubierta por millones de células sensibles a la luz, algunas con forma de bastones y otras conos. Estos receptores procesan la luz en impulsos nerviosos y los pasan a la corteza cerebral a través del nervio óptico.
Y resulta que cada tipo prefiere su ambiente. Los bastones se activan cuando tienes poca luz y los conos se estimulan en ambientes más brillantes.
Pigmentos fotográficos
Los conos contienen pigmentos fotográficos o moléculas que detectan el color. Los humanos suelen tener tres tipos de pigmentos fotográficos: rojo, verde y azul. Cada tipo de cono es sensible a diferentes longitudes de onda de luz visible.
Ojito porque rojo, verde y azul son los colores primarios aditivos del espectro de color. La combinación de cantidades equilibradas de luces rojas, verdes y azules también produce blanco puro. Al variar la cantidad de luz roja, verde y azul, se pueden producir todos los colores en el espectro visible.
El ojo humano puede percibir más variaciones en colores más cálidos que los más fríos. Esto se debe a que casi 2/3 de los conos procesan las longitudes de onda de luz más largas (rojos, naranjas y amarillos).
¿Sabías que…?
Como indica la American Academy of Ophthalmology, tus experiencias visuales pasadas con objetos también influyen en su percepción del color. A este fenómeno se le conoce como constancia de color. La constancia del color asegura que el color percibido de un objeto se mantenga casi igual cuando se ve en diferentes condiciones. Por ejemplo, si miraras la naranja bajo una luz azul, probablemente aún percibirías que la naranja es naranja.