La tinta negra en impresión
El negro, esa cuarta tinta que forma el sistema CMYK, es el color más outsider, ya que es el que juega en solitario en más ocasiones.
Por ejemplo, muchas veces imprimimos únicamente en tinta negra por estar el texto en ese color (exacto, como en una novela, que seguro que es lo que tenías en la cabeza).
Ese espíritu libre del color negro nos permite jugar con él y ahorrar en residuos y coste, como con el cambio de planchas. ¿Y cómo hacemos la magia? Pues supongamos que un mismo libro tiene edición en dos idiomas, donde todo es idéntico, excepto los textos. Si éstos van en negro, podemos hacer una única entrada de máquina con las fotografías, y cambiar sólo la plancha de negro para las dos versiones de texto.
En este post de nuestro Instagram te lo explicamos con más detalle:
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El color negro también tiene tonos
Así como del verde o del azul entendemos que hay varios tonos, se nos olvida que eso también puede suceder con el blanco y el negro.
Cuando imprimimos únicamente con tinta negra, puede ocurrir que el resultado no sea tan oscuro como pensabas, ya que según el papel sobre el que se imprima, no hace una masa suficientemente sólida.
¡Alarma! ¿Tiene solución? Sí, todos tranquilos: añadiendo más tintas ganamos densidad y conseguimos un negro más potente. Según la combinación de tintas que se añadan, obtendrás un tono u otro dentro de la escala de negros.
En el negro enriquecido, cada maestrillo tiene su librillo. Se suele ajustar a los parámetros de cada máquina y puede combinar una o varias tintas para aportar más solidez a la tinta negra de base que va al 100%.
El negro puro, o 100 % negro, incluye solo tinta negra y ningún otro color de tinta. Si se trata de texto o trazos finos, es suficiente y así ahorrarás en planchas de impresión.
Al combinar tres colores de cuatricromía (50 % cian, 50 % magenta y 50 % amarillo) junto al negro al 100%, creamos el negro de cuatricromía más profundo y satisfactorio que se puede reproducir en impresión. Se emplea únicamente cuando todos los bordes del objeto están rodeados de otros colores, para así marcar bien los límites.
El negro frío es una mezcla de todos los colores CMYK (70 % cian, 35 % magenta, 40 % amarillo y 100 % negro) para crear un negro con subtono azulado.
Llamado así por utilizarse para las marcas de registro (cruces de registro y marcas de corte). Emplea una cobertura del 100 % de los cuatro colores de proceso: cian, magenta, amarillo y negro (CMYK). El negro de registro NO se debe utilizar durante el proceso de diseño del producto impreso, dado que el papel no puede soportar la suma del 100% de las cuatro tintas.
El negro cálido combina los cuatro colores del CMYK (35 % cian, 60 % magenta, 60 % amarillo y 100 % negro) para crear un negro que absorbe más luz, dando como resultado un tono cálido.
Por cierto, esta modificación del negro sólo es necesaria en masas grandes de color. En líneas o en texto no sería necesario, ya que el ojo humano no aprecia la diferencia.
¿Sabías que…?
Si no cuentas con un monitor calibrado en tu ordenador, te aconsejamos que siempre revises la composición del color negro antes de enviar los artes finales a imprenta, ya que en pantalla seguramente veas todos los negros iguales (¡y ya hemos aprendido que no lo son!).